Hace muuuucho tiempo que no me animaba a escribir en mi blog, pero desde hace unos días le vengo dando vueltas al temita de la mula, el buey y los Reyes Magos andaluces, y me apetecía contar lo que había leído del tema y las conclusiones, por si a alguien le sirve para aclararse un poco. Ahí va:
Cuando salió la famosa noticia de que el Papa “había
expulsado” al buey y la mula del Portal de Belén, lo primero que hice fue ir a
buscar mi Biblia y ver qué decían Lucas y Mateo, los únicos que recogen algo de
la infancia de Jesús.
Me sonaba que en los Evangelios (Lc,2 y Mt,2) no había nada
sobre estos animalillos, y, además, no me creía en absoluto lo que decían los
medios de comunicación que supuestamente había afirmado Benedicto XVI en su
libro. Efectivamente, el Papa no había podido eliminar lo que nunca había
estado en los textos, algo que después contrasté en algún artículo de
publicaciones religiosas en internet, donde se recogían sus verdaderas palabras.
No suelo identificarme con las corrientes más conservadoras
de la Iglesia Católica,
pero ya hace tiempo que pongo en duda todo lo que los medios de comunicación (que
conste que soy periodista y por eso me duele doblemente) dicen de cualquier
cosa que lleve el apellido católico. Parece que interesa entresacar palabras de
los discursos (y eso que es verdad que algunos discursos tienen miga), aunque se
pierda su sentido, y, aprovechando que la opinión pública actual vive de los
comentarios o de pseudo informaciones de 140 caracteres, sembrar la discordia
contra la Iglesia
y destruir aún más su maltrecha imagen pública.
Las tertulias de bares (o de Facebook) no tenían desperdicio:
que si ERE en el Portal; que cómo iba el Papa a cambiar la historia del
nacimiento; que si con lo mal que está la cosa, de lo que habla el Papa
(siempre piden que la Iglesia
hable de sus cosas, y para una vez que se habla de teología, tampoco están
contentos)…Y lo peor es que, muchos de los que murmuraban eran católicos, e
incluso gente de Iglesia.
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Aunque con el precedente del falso ERE del Belén, ya no me
creía nada, pensaba que igual el Papa había formulado una teoría, analizando
textos de la tradición o los Evangelios Apócrifos. Así que me puse a buscar la
fuente original. ¿Qué había dicho exactamente Benedicto XVI sobre los Magos?
Un poquito de Google, y respuesta encontrada. El Papa no había
dicho nada de eso, simplemente hacía una recopilación de textos del Antiguo
Testamento que habían profetizado la adoración de los Magos, y que, desde un análisis
teológico, nos hablaban de cómo la
Humanidad entera adoraría al Mesías.
«Así como la tradición de la Iglesia ha leído con toda
naturalidad el relato de la
Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3, y de este modo
llegaron al pesebre el buey y el asno, así también ha leído la historia de los
Magos a la luz del Salmo 72,10 e Isaías 60. Y, de esta manera, los hombres
sabios de Oriente se han convertido en reyes, y con ellos han entrado en el
pesebre los camellos y los dromedarios», relata Benedicto XVI y continúa: «La
promesa contenida en estos textos extiende la proveniencia de estos hombres
hasta el extremo Occidente (Tarsis, Tartessos en España), pero la tradición ha
desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de
aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes
entonces conocidos: África, Asia y Europa».
¿Y
qué dicen el Salmo e Isaías?
El
Salmo habla de que “Los reyes de Tarsis y de las islas le pagarán tributo; los
reyes de Arabia y de Etiopía le harán llegar sus cuotas. Ante él se postrarán
todos los reyes, y le servirán todas las naciones”.
Y el
profeta nos habla de que “los pueblos se dirigen hacia tu luz y los reyes, al
resplandor de tu aurora. 4 Levanta los ojos a tu alrededor y contempla:
todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos y tus hijas son
traídas en brazos. 5 Tú
entonces, al verlo, te pondrás radiante, palpitará tu corazón muy emocionado;
traerán a ti tesoros del otro lado del mar y llegarán a ti las riquezas de las
naciones. 6 Te inundará una multitud
de camellos: llegarán los de Madián y Efá. Los de Sabá vendrán todos trayendo
oro e incienso, y proclamando las alabanzas de Yavé. 7 Todos los rebaños de Cedar se reunirán junto a
ti, y los carneros de Nebayot serán tuyos para ser ofrecidos en mi altar, pues
quiero dar esplendor al templo de mi Gloria. 8 Oh, ¿quiénes son ésos, una nube de palomas que
vuelan a su palomar? 9 Pero si
las islas ahora creen en mí! mira cómo los barcos de Tarsis acuden, trayendo de
lejos a tus hijos, con su plata y su oro, a causa del Nombre de Yavé, tu Dios,
del Santo de Israel que te ha glorificado. 10 Los extranjeros reedificarán tus muros y sus
reyes te pagarán los gastos. Pues si bien cuando estuve enojado te pegué,
llevado por mi buen corazón, me compadecí de ti. 11 Tus puertas estarán siempre abiertas, no se
cerrarán ni de día ni de noche, para recibir las riquezas de las naciones que
te traerán sus mismos reyes”.
Es decir, que los Reyes, los más importantes, de toda la tierra, se sentirían llamados por la Gloria de Dios, y adorarían
al Señor con sus mejores riquezas. Habla de Tarsis (Tartessos, que la historia
sitúa en Andalucía), pero también de Arabia, Etiopía y varias zonas de Oriente
Próximo. De ahí a decir que los Reyes Magos eran andaluces, va un trecho, tanto
como la distancia entre la realidad de lo que pone en el libro del Papa y lo
que han contado otros (y lo que después han contado esos otros a otros que
también lo han ido contando, al más puro estilo del juego del teléfono).
Un consejo (petición expresa para todo el que se sienta
cristiano). No se crean todo lo que les cuentan (aunque lo digan en la tele o
en Internet…). Acudan a la
Biblia, contrasten lo que se dice con escritos teológicos. Infórmense.
Y, por favor, no extiendan los rumores infundados.
Fuentes: