viernes, 19 de noviembre de 2010

Sal de tu tierra

Todo empezó con una promesa de un Dios que quería regalar su amor al mundo, y con una respuesta de un hombre, que decidió salir de su tierra. Es el diálogo sin palabras de Abraham y Dios de Gn 12, 1-7. Abraham se fía de Dios (de un Dios al que todavía apenas conocía) después de que éste le prometa la felicidad (descendencia y tierras, todo lo que alguien de hace unos 3000 años podría desear). Se pone en camino, deja la tierra de su familia, de sus antepasados, rompe con sus raíces, y empieza a buscar.

Lo mejor de todo es que Abraham no sabe a dónde va (mejor dicho, a dónde lo llevan), ni cuánto tardará, ni qué encontrará. Simplemente se fía de lo que ese Dios, que por el camino se comprometerá con él a ser su Dios, su portección y su fuerza, quiera hacer con él.

Tan simple, y tan difícil. Eso es la verdadera fe. Ponerse en manos de Dios, entregarse a Él, y dejarse llevar.

En eso están pensando ahora mis "niñas" de Discernimiento. En si están dispuestas a salir de su tierra; en si Dios les promete algo; y qué respuesta están dispuestas a darle.

Tan simple y tan difícil... salir de nuestra tierra y dejar que Dios guíe nuestra vida...

Get this widget |Track details |eSnips Social DNA